Diario La Voz del Interior - Columna de Opinión, 7/07/2016.
El secuestro de 11 abogados laboralistas y sus familiares en Mar del Plata es conocido como “La noche de las corbatas”. El derecho laboral es una rama de la abogacía que tiene, bien ejercida, una cultura ética y de valores especialísima
Entre el 6 de julio y el 8 de julio de 1977, un grupo de militares secuestró en Mar del Plata a 11 abogados laboralistas y sus familiares. Siete fueron asesinados o desaparecidos. Por ello, se conoce el episodio como “La noche de las corbatas”, y, desde 2015, por ley 27.115, el 7 de julio es el Día del Abogado Laboralista.
No fue un episodio aislado, porque se repitió en todo el país. Córdoba tuvo una larga noche de las corbatas. Entre 1974 y 1978, una treintena de abogados laboralistas fueron asesinados, desaparecidos, encarcelados, exiliados y cesanteados.
El ensañamiento del terrorismo de Estado con los abogados laboralistas tiene explicación en que, producido el golpe de Estado de 1976, numerosos dirigentes y activistas sindicales defendidos por esos abogados laboralistas sufrieron la misma suerte, se prohibió la actividad sindical, intervinieron sindicatos y se modificó sustancial y peyorativamente la Ley de Contrato de Trabajo.
El cercenamiento del derecho de defensa en juicio y el acceso a tutela judicial efectiva, considerados derechos humanos por el sistema jurídico internacional, era necesario para asegurar un cambio en el sistema social y político en perjuicio de los trabajadores. Los daños de aquella política, paradójicamente, subsisten en parte, porque ese estatuto fundamental de los trabajadores aprobado por el Congreso de la Nación fue cercenado por una ley de facto hasta hoy vigente en forma parcial.
Sin embargo, de otro lado, buena parte del crecimiento en materia de derechos humanos laborales y garantías para los trabajadores, tienen su punto de partida y fortalecimiento en aquella oscura etapa de la vida laboral del país. Con su rol de expertos en la defensa de las causas individuales, las actividades e ideas académicas, la asistencia en la negociación y los conflictos colectivos de trabajo y la generación de normas de derecho laboral, los abogados laboralistas en serio, hacen aportes sustanciales al progreso social. Esta rama de la abogacía posee, bien ejercida, una cultura ética y de valores especialísima.
Un ejemplo máximo de abogado laboralista, fue Norberto Centeno. En 1955, 1958 y 1969 fue encarcelado por su militancia peronista. Tuvo una extensa carrera académica, fue profesor de Derecho del Trabajo de las universidades nacional y católica de Mar del Plata, asesor de la Confederación General del Trabajo y de los gremios metalúrgico, gastronómico, petroleros, alimentación, rurales, entre otros. Escribió varias obras jurídicas, hasta ahora de consulta obligatoria para el estudio del Derecho del Trabajo. Pero, fundamentalmente, se lo recuerda como impulsor y redactor de la Ley de Contrato de Trabajo, instrumento de protección de millones de trabajadores desde 1974.
Pero su obra le costó la vida. En aquel frío julio de 1977, Centeno integró el fatídico grupo de secuestrados marplatenses. La sobreviviente del cautiverio Marta García de Candeloro, dijo en juicio que murió a causa de los golpes recibido en la sala de torturas, vestido con su traje de abogado. Y con la corbata de abogado laboralista bien puesta.